Del 23 al 27 de abril de 2012

Esta semana comenzaremos la discusión de la Unidad Didáctica 8: Vivir para los demás.  La convivencia y la búsqueda de un mundo más fraterno, vistas anteriormente, incorporan en esta unidad un elemento nuevo que concreta aún más en qué consiste convivir como hijos de Dios y hermanos y construir una sociedad más humana: el servicio a los demás. En tiempos de Jesús, la gente, incluidos sus discípulos, esperaban un Mesías más poderoso que los poderosos de este mundo; Jesús se esfuerza en hacer entender que no es así, que lo suyo es la humildad y el servicio a los demás, y que así debe ser entre sus seguidores: el que quiera ser el más importante, que se haga el servidor de todos.

Jesús nos enseña a servir a los demás.

Los primeros cristianos, fieles a su deseo de cumplir fielmente las enseñanzas de Jesús, organizan su vida de fe en torno al servicio a los demás. Este servicio se expresa de múltiples formas y afecta tanto a la vida interna de la comunidad como a sus relaciones con los no creyentes. Hoy día no puede ser menos, aunque dentro de la Iglesia se haya avanzado hacia una mejor organización de los servicios; y una muestra de que es así, es la especial relevancia que tienen en la Iglesia los Sacramentos del Orden y del Matrimonio: ambos se definen como Sacramentos al servicio de la comunidad. La palabra servicio articula, pues, los contenidos de la unidad didáctica de principio a fin.

Rogamos a Jesucristo, nuestro Redentor resucitado, que por la intercesión de su madre, la Inmaculada Virgen María, nos conceda las gracias que necesitamos para incorporar el servicio en nuestras vidas y podamos dar testimonio de nuestra fe dentro de nuestra comunidad.