El que busca, encuentra ...

domingo, 25 de septiembre de 2011

Del 26 al 30 de septiembre de 2011

Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Esta semana concluiremos la Unidad Didáctica 3:  Las Fiestas en la Vida de los Cristianos.  Es importante que l@s estudiantes traigan sus materiales todos los días para facilitar el aprovechamiento académico:  lápiz, libreta, cuaderno, libro de texto y Biblia.

El jueves 29 de septiembre se conmemora la Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael y el viernes 30 se celebra la memoria de San Jerónimo.

Tenemos programadas las actividades del siguiente modo (sujeto a cambios):
  • lunes 26: Conferencia y discusión sobre la unidad didáctica 3
  • martes 27: Primer Examen sobre la Santa Misa, la Santa Biblia y la Unidad Didáctica 1 (repaso en Google Docs)
  • miércoles 28: Conferencia y discusión sobre la unidad didáctica 3
  • jueves 29: Día de Oración y Reflexión a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
  • viernes 30: Actividad de cierre del mes de la santa Biblia en conmemoración de San Jerónimo
¡Damos gracias a Dios por las bendiciones que derrama sobre todos nosotros sin ser merecedores de su inmensa bondad!

San Jerónimo

sábado, 17 de septiembre de 2011

Repaso para el Examen Uno

Ya está disponible en Google Docs, el repaso para el primer exámen del curso de religión católica de sexto grado de nuestra academia.  Para acceder al documento, presione aqui.

Del 19 al 23 de septiembre de 2011

Padre Pio de Pieltrecina 1887-1968

Esta semana comenzaremos la Unidad Didáctica 3:  Las Fiestas en la Vida de los Cristianos.  Es importante que l@s estudiantes traigan sus materiales todos los días para facilitar el aprovechamiento académico:  lápiz, libreta, cuaderno, libro de texto y Biblia.

El viernes se conmemora la memoria de san Padre Pio de Pieltrecina y estaremos reflexionando sobre la vida de este monje franciscano capuchino.

Tenemos programadas las actividades del siguiente modo (sujeto a cambios):

  • lunes 19: Conferencia y discusión sobre la unidad didáctica 3; Aprender el himno ¡Qué Detalle!
  • martes 20: Conferencia y discusión sobre la unidad didáctica 3
  • miércoles 21: Repaso para la prueba corta sobre la santa Biblia
  • jueves 22: Conferencia y discusión sobre la unidad didáctica 3; Prueba corta sobre la santa Biblia
  • viernes 23: Reflexión sobre la vida de san Padre Pio de Pieltrecina


¡Damos gracias a Dios por las gracias que derrama sobre todos nosotros!

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La Santa Biblia

El repaso para la prueba corta sobre el tema de la Santa Biblia está disponible en Google Docs.
Consulte los siguientes documentos:
La prueba corta para este tema está pautada para el jueves, 22 de septiembre de 2011. Recuerde que es necesario que tenga su Biblia para poder demostrar que puede encontrar un pasaje en la Sagrada Escritura.

Actividad: 14 de septiembre de 2011

Adoración de la Cruz:  La Cruz, Nuevo Signo de Esperanza
Como parte de la actividad del día, los estudiantes del sexto grado han colocado sus intenciones escritas en cruces de papel junto a Jesucristo crucificado como signo de adoración a la cruz redentora de nuestro Señor.
Toda la vida de Jesús ha consistido en revelar el ser de Dios, que es Amor. El amor es el único mandamiento que nos dejó. El Reino, la llamada, su predicación, los milagros, toda su vida entera, han sido la irrupción definitiva de Dios en el mundo para invitar a todos los hombres a entrar en comunión con Él. Jesús ha hecho de su vida una entrega al cumplimiento de la voluntad del Padre. El designio de dios y la libertad del hombre, que rechaza a Dios, han hecho que la salvación pase por la cruz. La cruz  es el signo del amor que Dios siente por el mundo; pero también la ejecución de una sentencia injusta, dictaminada por el mundo. Puede ser abandono y fracaso, escándalo, y necedad, pero si es ofrecida por Dios, entonces es sabiduría de Dios, salvación, y motivo de esperanza para el mundo.

LECTURA: Jn 19, 25-30
Junto a la Cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María mujer de Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” Luego dice a su discípulo: “Ahí tienes a tu madre” Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura dice:
“Tengo sed”. Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo “Todo está cumplido”. E inclinando la cabeza entregó el espíritu.
“PADRE, PERDONALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”
Y estás ahí, en tu cruz, rodeado de ironías, risas y sadismo… y de tu boca salen estas palabras de esperanza porque la cruz no es sacrificio vacío es la teofanía del corazón del Dios-Amor que redime y perdona.
  • Perdón por el pesimismo presente en nuestras vidas.
  • Perdón por las veces que nos quejamos de nuestras pequeñas cruces diarias.
  • Perdón por nuestro egoísmo.
  • Perdón por nuestro abandono.
“TE LO ASEGURO, HOY ESTARÁS CONMINGO EN EL PARAISO”
Jesús está dando la última lección pero ninguno de sus discípulos la está recibiendo, sólo el  buen ladrón que ocupa el lugar de Santiago y de Juan que tantas veces habían pedido estar a su derecha y a su izquierda en la gloria de su Reino. La cruz es la gloria de Jesús y la gloria de quien quiera estar con él.
¿Está tu corazón preparado para oír esta última lección?
¿Cuál es tu papel: ladrón o discípulo?
“MUJER AHÍ TIENES A TU HIJO…..AHÍ TIENES A TU MADRE”
Y ahí está tu madre, María no está al pie de la cruz sólo por ser la madre de Jesús, sino también por ser discípula. Para ser discípulos tenemos que acompañar a María y ver con sus ojos. El sacrificio del Padre y del Hijo, es también sacrificio en María. Quizás su corazón está lleno de cosas incomprensibles; pero, siempre, de amor a Dios…. Cuando tu amor se haya convertido en una fe inquebrantable, y tu fe en esperanza indestructible, estarás asistiendo al misterio de Dios en María.
“DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
Escuchamos esta oración de Jesús convertida en grito, para aprender a creer desde el “no sentir”, desde la “noche oscura”. El pecado del mundo se hinca en el pecho de Jesús hasta sentirse abandonado por el Padre pero este grito es oración, reza entre alaridos.
Nadie puede hacerlo por él, pero todos los discípulos podríamos acompañarle en su abandono, seamos los discípulos que le acompañan en esta hora.
“TENGO SED”
Jesús ha dado casi todo lo que tiene, sólo le quedan unos latidos de vida por dar. Quiere seguir suscitando la sed para continuar dando vida, y cuando su cuerpo quede rendido en la cruz, abrirá su costado para que la humanidad entera pueda beber siempre del agua y de la sangre que salen de Él.
“TODO ESTÁ CUMPLIDO”
La gloria de Dios es el amor y la fidelidad llevados hasta el extremo de la cruz. Mira a Dios escondido y revelado en la cruz y ahora repite en tu interior: “Hemos conocido el Amor”
“PADRE EN TUS MANOS PONGO MI ESPÍRITU”
Cristo entrega su Espíritu al Padre y con él nos regala la Salvación, la Vida, la Esperanza, no existe amor más grande que este.

Cambio de Fecha

Debido a las inclemencias del tiempo, algunos estudiantes no pudieron asistir ayer martes, 13 de septiembre de 2011 a la Academia y se ha postpuesto la prueba corta sobre la Santa Misa para el jueves, 15 de septiembre de 2011.  Disculpen los inconvenientes.

lunes, 12 de septiembre de 2011

El Dulce Nombre de María

¡Con qué reverente brevedad escribe San Lucas, en el capítulo primero de su Evangelio, la frase que sirve de pórtico al divino cuadro de la Encarnación!: "¡Y el nombre de la Virgen era María!". Es como presentarnos, en toda su regia sencillez, en el azahar florido y oloroso de su huerto cerrado, a la llena de gracia, a la Reina de los cielos y tierra, a la elegida, a la excelsa Madre de Dios.

Y, escuchando el acelerado palpitar de aquel corazón sorprendido ante el inefable misterio que va a realizarse, el ángel San Gabriel, con dulce confianza de siervo expresamente encargado de la custodia y guarda de su Señora, le dice, subrayando su augusto nombre: "No temas, María... ".

La creación entera se goza en balbucear el eufónico nombre que Dios le impuso a su Madre. "Nombre cargado de divinas dulzuras", como asegura San Alfonso María de Ligorio; nombre que sabe a mieles y deja el alma y los labios rezumando castidad, alegría y fervor: ¡María! Por medio de la que así es llamada, nos han venido todos los bienes y la pobre humanidad puede levantar la humillada cabeza y presentir de nuevo la cercanía de inacabables bienaventuranzas: O clemens, o pia, o dulcis Virgo María!

Bien le cantamos Mutans Evae nomen, porque Ella devolvió a la gracia, con el nombre de vida, todo lo que la desdichada madre natural de los hombres había entregado a las tinieblas, con el nombre de muerte.

Prueba de sabiduría y de acierto es imponer a la persona el nombre que justamente le corresponde. Y nadie como Dios ha sabido dar exactitud, expresión y síntesis a los nombres que Él mismo ha elegido e inspirado.

Desde la más remota antigüedad, el nombre impuesto a las personas y a las cosas tuvo, en la mayoría de los pueblos, una significación simbólica. Aun ahora, muchas tribus africanas, otras dispersas en los inmensos parques de América del Norte, y los negros australianos, consideran el nombre como una parte integrante de la personalidad, ocultándolo, a veces, a los extranjeros, bajo apodos y paráfrasis, por temor a los perjuicios que pudiera acarrear su conocimiento.

En los países cuya historia se ha ido desenvolviendo al veril de una civilización normal y cada vez más pujante, el simbolismo de los nombres perdió, poco a poco, su luz bajo la potencia bienhechora o maléfica de las personas que los ostentaron. Con razón se dice, pues, que el nombre no hace a la persona, sino la persona al nombre. Y afirma San Pedro Canisio que, puesto que "el nombre es símbolo y cifra de la persona, invocar el nombre de María equivale a empeñar su poder en favor nuestro".

Si el Señor escogió entre todas las criaturas la más perfecta, para ser Madre del Hijo divino; si como privilegio de esta maternidad la hizo inmaculada y arca de todas las virtudes, nos parece muy lógico que también eligiera para Ella el nombre más hermoso, el de más alta y acendrada significación, el más dulce entre todos los del humano lenguaje.

¿Qué significados tiene, pues, según la etimología, ese nombre cuyo misterioso sentido sólo Dios nos podría explicar?

Si, como algunos creen, deriva del idioma egipcio, su raíz es mery, o meryt, que quiere decir muy amada. Según otros, la significación sería Estrella del mar. Si el nombre de María proviene del siríaco, la raíz es mar, que significa Señor. El padre Lagrange opina que los hebreos debieron utilizar el nombre de María con el significado de Señora, Princesa. Nada más conforme a la noble misión de la humilde Virgen nazarena. Otro tercer grupo de filólogos e intérpretes sostienen que la palabra María es de origen estrictamente hebreo. Y sus diversas y preciosas significaciones son las siguientes:

Primera. Mar amargo, de la raíz mar y jam. María fue un verdadero mar de amargura, desde que en el templo, cuando la presentación de su Hijo, vislumbró la silueta cárdena y dolorida del Calvario. Y un mar de amargura desbordante en la pasión y muerte de Jesús.

Segunda. Rebeldía, de la raíz mar. Ella, la omnipotencia suplicante, vence a las satánicas huestes. "El nombre de María —escribe el padre Campana— es de una energía singular y tiene en sí una fuerza divina para impetrar en favor nuestro la ayuda del cielo."

Tercera. Estrella del mar. Le cantamos Ave, Maris Stella! ¡Y con qué arrebatador encanto glosa y profundiza San Bernardo esta expresiva metonimia!

Cuarta. Señora de mí linaje. Frase muy justa y apropiada a la prerrogativa nobilísima de ser Madre de Dios, Reina de todo lo creado.

Quinta. Esperanza. Significado más alegórico que etimológico, pero lleno de inefable consuelo. Porque Ella, Spes nostra, es el camino de la felicidad, el arco iris que señala un pacto de armonía entre Dios y los hombres. "Bienaventurado el que ama vuestro nombre, oh María —exclama San Buenaventura—, porque es fuente de gracia que refresca el alma sedienta y la hace reportar frutos de justicia."

Sexta. Elevada, grande, de ram. San Agustín y San Juan Crisóstomo coinciden en adjudicarle el excelso sentido de "Señora y Maestra".

Séptima. Iluminada, iluminadora. Está llena de luz. Sostiene en sus brazos la luz del mundo. Es pura y diáfana. "El nombre de María indica castidad", dice San Pedro Crisólogo.

Deliciosamente narra sor María Jesús de Agreda, en su Mística Ciudad de Dios, la escena en la cual la Santísima Trinidad, en divino consistorio, determina. dar a la "Niña Reina" un nombre. Y dice que los ángeles oyeron la voz del Padre Eterno, que anunciaba: "María se ha de llamar nuestra electa y este nombre ha de ser maravilloso y magnífico. Los que le invocaren con afecto devoto, recibirán copiosísimas gracias; los que le estimaren y pronunciaren con reverencia, serán consolados y vivificados; y todos hallarán en él remedio de sus dolencias, tesoros con que enriquecerse, luz para que los encamine a la vida eterna".

Y a ese nombre, suave y fuerte, respondió durante su larga, humilde y fecunda vida, la humilde Virgen de Nazaret, la que es Madre de Dios y Señora nuestra. Y ese nombre, "llave del cielo", como dice San Efrén, posee en medio de su aromática dulzura, un divino derecho de beligerancia y una seguridad completa de victoria. Por eso su fiesta lleva esa impronta: Acies ordinata.

España, siempre dispuesta a romper lanzas por la gloria de María, fue la primera en solicitar y obtener de la Santa Sede autorización para celebrar la fiesta del Dulce Nombre. Y esto acaeció el año 1513. Cuenca fue la diócesis que primeramente solemnizó dicha fiesta, siguiendo su ejemplo, en seguida, las demás, porque el amor de Nuestra Señora es efusivo y prende con facilidad en terrenos de sincera devoción.

Pero fue el papa Inocencio XI —"defensor de la Iglesia con toda la fuerza de su férreo carácter, con la sabiduría de su espíritu y, sobre todo, con el amor de absoluta entrega", como decía en el radio mensaje de beatificación nuestro Santísimo Padre Pío XII—, quien decretó, el 25 de noviembre del año 1683, que toda la Iglesia celebrara solemnemente la fiesta de este nombre excelso, pues invocándolo se había alcanzado la completa victoria sobre los turcos.

Uno de los más trascendentales y emotivos episodios de la historia universal nos da el relato de esta decisiva victoria:

Si el empuje de las fuerzas cristianas en Lepanto, cuya alma había sido también el papa San Pío V, debilitó la potencia otomana, frenando el ímpetu de sus conquistas, el límite de los territorios dominados por los turcos no había retrocedido, y la puerta tendía a resurgir con el intento de una invasión total de Europa. En 1683 el peligro se hizo ya inminente. Los cálculos menores estiman el ejército que el gran visir Kara Mustafá llevó contra Viena, en unos 200.000 hombres. Era un momento critico en la historia del mundo. Inocencio XI, ante las indecisiones ambiciosas y la política turbia de algunos príncipes europeos, le escribía a Luis XIV de Francia: "Te conjuro, por la misericordia de Dios, que acudas en auxilio de la oprimida Cristiandad, para que no caiga bajo el yugo del tirano. Dios te ha señalado con tan buenas cualidades, y a tu reino con tantas fuerzas y recursos, que creo estás llamado por la Providencia para lograr la más hermosa gloria. ¡Sé digno de la grandeza de tu vocación!". Pero, mientras Luis XIV contestaba con frías excusas, la católica Polonia, al mando de su heroico rey Juan Sobieski, ajustaba alianza con el emperador de Austria, Leopoldo I, y acudía en su ayuda.

Desde el 14 de julio, Viena había quedado ya enteramente cercada por los turcos y aislada del ejército imperial, que se había retirado a la izquierda del Danubio.

Un bosque de tiendas de campaña se extendía en forma de medialuna en torno a la ciudad. Comenzó el terrible bombardeo y, por efecto de él, un incendio imponente. Las enfermedades se cebaban también en los sitiados. Las provisiones de pólvora y los víveres disminuían con suma rapidez. Cada día se hacía más violento y amenazador el apremio de los enemigos. Pero la Providencia divina atendió, una vez más, las oraciones del papa Inocencio XI y de los fieles devotos de la Madre de Dios, que en Ella habían puesto sus esperanzas. Juan Sobieski se preparó al combate recibiendo el Pan de los fuertes y oyendo devotamente la santa misa, y todo el ejército polaco siguió el ejemplo de su rey. "La hora histórica de la batalla definitiva de Viena sonó al alborear el límpido sol del día 12 de septiembre" —dice S. S. Pío XII en el citado radiomensaje con motivo de la beatificación de Inocencio XI—. El ejército de socorro, dirigido por Juan Sobieski, atacó a los asaltantes. Una inesperada tormenta de granizo cayó sobre el campamento de los turcos. Antes de la noche, la victoria sonreía a las fuerzas cristianas que se habían lanzado al combate invocando el Nombre de María. Si como instrumento de liberación Dios había escogido al rey de Polonia, unánimes afirman los críticos e historiadores que el artífice primario de esta misma liberación fue el papa Inocencio, y éste, a su vez, con humildad conmovedora, atribuyó el mérito y la gloria de aquella jornada al favor y socorro de María. Por eso quiso dedicar este luminoso día de septiembre a la fiesta de su Santísimo Nombre.

"El Señor ha hecho vuestro Nombre tan glorioso que no se caerá de la boca de los hombres" (Judith, 13, 25). Sublime elogio que corresponde a María, a la cual todas las generaciones llaman bienaventurada, y Aquel que "hizo en Ella cosas grandes y cuyo Nombre es santo", quiso darle íntima participación de esa misma santidad para consuelo y gozo de quienes invocaren su dulce Nombre. Nombre que ha de ser también loado, "santificado", como el Nombre de Dios, en todo el mundo, porque —repitámoslo una vez más— infunde valor y fortaleza. Bien lo aprendieron los indios mejicanos de boca de los pobres soldados españoles cautivos, que subían al pavoroso "teocalli" invocando: "¡Ay, Santa María!", y con este nombre en los labios expiraban.

En el áureo Blanquerna, de Raimundo Lulio, en el cual, según alada frase del excelentísimo doctor García y García de Castro, arzobispo de Granada, "el beato mallorquín logró aprisionar las transparencias de las ondas del mar de Mallorca y las incógnitas armonías de los montes de Miramar...", se lee de aquel monje que sólo tenía por oficio dirigir, tres veces al día, una salutación a Nuestra Señora. "Es el ruiseñor del monasterio —continúa el doctor García y García de Castro con galana pluma— y canta las delicias de María, y envídianle los otros ruiseñores esparcidos por aquellos bosques que se reflejan en las aguas luminosas del Mediterráneo mallorquín".

"¿Quién se resistirá a escuchar sus melodiosos trinos?"

"¡Ave, María! Salúdate tu siervo de parte de los ángeles y de los patriarcas y los profetas y los mártires y los confesores y las vírgenes, y salúdate por todos los santos de la gloria. ¡Ave, María! Saludos te traigo de todos los cristianos, justos y pecadores; los justos te saludan porque eres digna de salutación y porque eres esperanza de salvación; los pecadores te saludan porque te piden perdón y tienen esperanza de que tus ojos misericordiosos miren a tu Hijo para que tenga piedad y misericordia de sus culpas y recuerde la dolorosa pasión que sostuvo para darles salud y perdonarles sus culpas y pecados.

¡Ave, María! Saludos te traigo de los sarracenos, judíos, griegos, mongoles, tártaros, búlgaros, húngaros de Hungría la menor, comanos nestorinos, rusos, quinovinos, armenios y georgianos. Todos ellos y muchos otros infieles te saludan por ministerio mío, cuyo procurador soy..." (Obras selectas de Raimundo Lulio: B.A.C., p.160).

Esa debe ser nuestra salutación y nuestro ruego: que todos conozcan y alaben a María, que todos pronuncien con reverencia su santo Nombre y que Ella mire a todos sus hijos, dispersos por el mundo, con ojos de misericordia y de amor.

Su Nombre, para los que luchamos en el campo de la vida, es lema, escudo y presagio. Lo afirma uno de sus devotos, San Antonio de Padua, con esta comparación: "Así como antiguamente, según cuenta el Libro de los Números, señaló Dios tres ciudades de refugio, a las cuales pudiera acogerse todo aquél que cometiese un homicidio involuntario, así ahora la misericordia divina provee de un refugio seguro, incluso para los homicidas voluntarios: el Nombre de María. Torre fortísima es el Nombre de Nuestra Señora. El pecador se refugiará en ella y se salvará. Es Nombre dulce, Nombre que conforta, Nombre de consoladora esperanza, Nombre tesoro del alma. Nombre amable a los ángeles, terrible a los demonios, saludable a los pecadores y suave a los justos."

Que el sabroso Nombre de Nuestra Madre, unido al de Jesús, selle nuestros labios en el instante supremo y ambos sean la contraseña que nos abra, de par en par, las puertas de la gloria.


MARÍA DE LA EUCARISTÍA, R. DE J. M.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Memoria de Nuestra Señora de los Dolores



Autor: Tere Fernández | Fuente: catholic.net
Nuestra Señora de los Dolores
Bajo el título de la Virgen de la Soledad o de los Dolores se venera a María en muchos lugares, 15 de septiembre

Nuestra Señora de los Dolores
Nuestra Señora de los Dolores

Memoria

Memoria de Nuestra Señora de los Dolores, que de pie junto a la cruz de Jesús, su Hijo, estuvo íntima y fielmente asociada a su pasión salvadora. Fue la nueva Eva, que por su admirable obediencia contribuyó a la vida, al contrario de lo que hizo la primera mujer, que por su desobediencia trajo la muerte.

Los Evangelios muestran a la Virgen Santísima presente, con inmenso amor y dolor de Madre, junto a la cruz en el momento de la muerte redentora de su Hijo, uniéndose a sus padecimientos y mereciendo por ello el título de Corredentora.

La representación pictórica e iconográfica de la Virgen Dolorosa mueve el corazón de los creyentes a justipreciar el valor de la redención y a descubrir mejor la malicia del pecado.

Bajo el título de la Virgen de la Soledad o de los Dolores se venera a María en muchos lugares.


Un poco de historia

Bajo el título de la Virgen de la Soledad o de los Dolores se venera a María en muchos lugares. La fiesta de nuestra Señora de los Dolores se celebra el 15 de septiembre y recordamos en ella los sufrimientos por los que pasó María a lo largo de su vida, por haber aceptado ser la Madre del Salvador.

Este día se acompaña a María en su experiencia de un muy profundo dolor, el dolor de una madre que ve a su amado Hijo incomprendido, acusado, abandonado por los temerosos apóstoles, flagelado por los soldados romanos, coronado con espinas, escupido, abofeteado, caminando descalzo debajo de un madero astilloso y muy pesado hacia el monte Calvario, donde finalmente presenció la agonía de su muerte en una cruz, clavado de pies y manos.

María saca su fortaleza de la oración y de la confianza en que la Voluntad de Dios es lo mejor para nosotros, aunque nosotros no la comprendamos.

Es Ella quien, con su compañía, su fortaleza y su fe, nos da fuerza en los momentos de dolor, en los sufrimientos diarios. Pidámosle la gracia de sufrir unidos a Jesucristo, en nuestro corazón, para así unir los sacrificios de nuestra vida a los de Ella y comprender que, en el dolor, somos más parecidos a Cristo y somos capaces de amarlo con mayor intensidad.

¿Que nos enseña la Virgen de los Dolores?

La imagen de la Virgen Dolorosa nos enseña a tener fortaleza ante los sufrimientos de la vida. Encontremos en Ella una compañía y una fuerza para dar sentido a los propios sufri-mientos.

Cuida tu fe:

Algunos te dirán que Dios no es bueno porque permite el dolor y el sufrimiento en las personas. El sufrimiento humano es parte de la naturaleza del hombre, es algo inevitable en la vida, y Jesús nos ha enseñado, con su propio sufrimiento, que el dolor tiene valor de salvación. Lo importante es el sentido que nosotros le demos.

Debemos ser fuertes ante el dolor y ofrecerlo a Dios por la salvación de las almas. De este modo podremos convertir el sufrimiento en sacrificio (sacrum-facere = hacer algo sagrado). Esto nos ayudará a amar más a Dios y, además, llevaremos a muchas almas al Cielo, uniendo nuestro sacrificio al de Cristo.

Oración: 

María, tú que has pasado por un dolor tan grande y un sufrimiento tan profundo, ayúdanos a seguir tu ejemplo ante las dificultades de nuestra propia vida.

Si quieres saber más, visita la página de EWTN en la cual encontrarás hermosas meditaciones acerca del dolor y las oraciones tradicionales de esta fecha.

Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz


Autor: evangeliodeldia.org | Fuente: Catholic.net
Exaltación de la Santa Cruz
Fiesta, 14 de septiembre

Exaltación de la Santa Cruz
Exaltación de la Santa Cruz

Hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo, La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia.

Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año. Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fuellevada en persona por el emperador a través de la ciudad. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.

El cristianismo es un mensaje de amor. ¿Por qué entonces exaltar la Cruz? Además la Resurrección, más que la Cruz, da sentido a nuestra vida.

Pero ahí está la Cruz, el escándalo de la Cruz, de San Pablo. Nosotros no hubiéramos introducido la Cruz. Pero los caminos de Dios son diferentes. Los apóstoles la rechazaban. Y nosotros también.

La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor.

Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros. Tampoco ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio.

Jesús, en plena juventud, es eliminado y lo acepta para abrirnos el paraíso con la fuerza de su bondad: "En plenitud de vida y de sendero dio el paso hacia la muerte porque El quiso. Mirad, de par en par, el paraíso, abierto por la fuerza de un Cordero" (Himno de Laudes).

En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas. Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente.

Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega.

"No se va al cielo hoy ni de aquí a veinte años. Se va cuando se es pobre y se está crucificado" (León Bloy). "Sube a mi Cruz. Yo no he bajado de ella todavía" (El Señor a Juan de la Cruz). No tengamos miedo. La Cruz es un signo más, enriquece, no es un signo menos. El sufrir pasa, el haber sufrido -la madurez adquirida en el dolor- no pasa jamás. La Cruz son dos palos que se cruzan: si acomodamos nuestra voluntad a la de Dios, pesa menos. Si besamos la Cruz de Jesús, besemos la nuestra, astilla de la suya.

Es la ambigüedad del dolor. El que no sufre, queda inmaduro. El que lo acepta, se santifica. El que lo rechaza, se amarga y se rebela.

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La Exaltación de la Santa Cruz

Himno (laudes)

Brille la cruz del Verbo luminosa,
Brille como la carne sacratísima
De aquel Jesús nacido de la Virgen
Que en la gloria del Padre vive y brilla.

Gemía Adán, doliente y conturbado,
Lágrimas Eva junto a Adán vertía;
Brillen sus rostros por la cruz gloriosa,
Cruz que se enciende cuándo el Verbo expira.

¡ Salve cruz de los montes y caminos,
junto al enfermo suave medicina,
regio trono de Cristo en las familias,
cruz de nuestra fe, salve, cruz bendita!

Reine el señor crucificado,
Levantando la cruz donde moría;
Nuestros enfermos ojos buscan luz,
Nuestros labios, el río de la vida.

Te adoramos, oh cruz que fabricamos,
Pecadores, con manos deicidas;
Te adoramos, ornato del Señor,
Sacramento de nuestra eterna dicha. Amén

ORACIÓN

. Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la Cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.-

Himno (vísperas)

Las banderas reales se adelantan
Y las cruz misteriosa en ellas brilla:
La cruz en que la vida sufrió muerte
Y en que, sufriendo muerte, nos dio vida.

Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo
Que, al ser herido por la lanza dura,
Derramó sangre y agua en abundancia
Para lavar con ellas nuestras culpas.

En ella se cumplió perfectamente
Lo que David profetizó en su verso,
Cuándo dijo a los pueblos de la tierra:
“ Nuestro Dios reinará desde un madero”.

¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,
árbol hornado con la regia púrpura
y destinado a que su tronco digno
sintiera el roce de la carne pura!

¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes,
en que estuvo colgado nuestro precio,
fuiste balanza para el cuerpo santo
que arrebató su presa a los infiernos!

A ti, que eres la única esperanza,
Te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos
Que acrecientes la gracia de los justos
Y borres los delitos de los malos.

Recibe, oh Trinidad, fuente salubre
La alabanza de todos los espíritus,
Y tú que con tu cruz nos das el triunfo,
Añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén 

Del 12 al 16 de septiembre de 2011




Durante esta semana continuaremos discutiendo la unidad didáctica 2: Los cristianos viven unidos a Dios. El martes, 13 de septiembre de 2011 tendremos la prueba corta correspondiente al tema de la Santa Misa (repaso en Google Docs.) El miércoles, 14 de septiembre de 2011 tendremos la Adoración de la Santa Cruz en conmemoración de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

  • Exhortamos a los alumnos que no olviden traer todos sus materiales a clase: libreta, lápiz, libro, cuaderno y Biblia.
  • Esta semana conmemoramos el Dulce Nombre de María (12 de septiembre) y a Nuestra Señora de los Dolores (15 de septiembre).

martes, 6 de septiembre de 2011

Del 6 al 9 de septiembre de 2011

Esta semana comenzaremos la unidad didáctica 2: "Los cristianos viven unidos a Dios".  Es siempre importante que traigan todos sus materiales a clase (libreta, lápiz, libro, cuaderno y Biblia), de modo que la conferencia y la discusión transcurra adecuadamente.

Actividades para Septiembre
  • 8 de septiembre de 2011 - Entonemos cánticos a María en conmemoración de la Solemnidad de la Natividad de la Santísima Virgen María
  • 14 de septiembre de 2011 - Adoración a la Santa Cruz en conmemoración de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz
  • 23 de septiembre de 2011 - Reflexión sobre la Vida del Padre Pío
  • 29 de septiembre de 2011 - Reflexión sobre los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
  • 30 de septiembre de 2011 - Ciere del mes de la Biblia
Próximas Evaluaciones (sujeto a cambios):
  • 15 de septiembre de 2011 - prueba corta sobre la Santa Misa 
  • 22 de septiembre de 2011 - prueba corta sobre la Santa Biblia
  • 27 de septiembre de 2011 - examen sobre la unidad didáctica 1, la Santa Misa y la Santa Biblia